En 1992 tuve la oportunidad de escribir y publicar un libro sobre Charlton Heston, uno de los más grandes actores y estrellas cinematográficas de todos los tiempos. La obra fue editada por Centro de Investigaciones literarias españolas e hispanoamericanas (CILEH), en su primera edición, y por Royal Books en la segunda, una pequeña tirada especial para Hispanoamérica realizada en 1993. Se trataba del primer libro publicado sobre Heston en España y además escrito en español. A través de sus páginas, repletas de fotografías espectaculares, se prestaba atención especial a la carrera del actor, examinando una a una todas sus películas hasta la fecha de su edición.
https://www.ivoox.com/en-forma-programa-202-charlton-heston-heroe-audios-mp3_rf_106818909_1.html
Siete años después, con el volumen agotado, nuevas películas y vicisitudes vitales, con la publicación de sus memorias, escritas por el propio Charlton Heston —documento imprescindible para acercarse a la biografía del hombre y del personaje—,pude presentar en 1999 un nuevo estudio sobre el héroe épico por excelencia del cine.(Charlton Heston, la épica de un héroe. Eiunsa)
En esta ocasión he pretendido- con la colaboración de Juanma de la Poza– desarrollar una biografía personal y artística centrada en el propio ser humano, de tal modo que su texto, además de completar los últimos años que no fueron recogidos en el anterior libro, ofrezca una visión más amplia y profunda sobre el actor, dirigida a los múltiples admiradores que tiene en el mundo y también a todos aquellos curiosos que quieran adentrarse en la vida y el ejemplo de uno de los iconos más célebres del siglo XX. ¿Quién no recuerda a Moisés descendiendo del monte Sinaí con las Tablas de la Ley en Los diez mandamientos; la carrera de cuadrigas de Ben-Hur ante una multitud enfervorizada; la imagen del Cid, victorioso después de muerto, cabalgando por las playas de Valencia; o la desolación del astronauta que, creyéndose en un planeta ajeno dominado por los simios, se adentra en una tierra prohibida y descubre los restos de la Estatua de la Libertad sepultados en la playa?
La relación epistolar mantenida desde 1994 con el propio protagonista concede un aliciente añadido a la obra, al menos para su autor, por haber tenido la oportunidad de contrastar con el biografiado algunos de los datos o fuentes más dudosas o polémicas.
Bruce Crowther, autor de una biografía espléndida sobre Charlton Heston, subtituló su obra como «la presencia épica». Nosotros lo hemos hecho con la frase «la épica de un héroe». ¿Qué se puede entender por épica? Épica, lírica y dramática componen tres formas diferentes de expresión poética. En ella, lo épico corresponde a la fuerza y el ímpetu, a la espectacularidad exterior o interior. Si hubiera que describir los cuatro caracteres de este estilo aplicado al séptimo arte, serían los siguientes:
https://www.elcorteingles.es/libros/A47825973-charlton-heston-un-heroe-para-la-eternidad-tapa-blanda-con-solapas/?parentCategoryId=999.4351747013
—Aventura y espectáculo, es decir, el personaje es capaz de enfrentar y desafiar todo tipo de riesgos.
—Trasfondo histórico o mitológico.
—Color, luz y movimiento en la expresión estética.
—Amplitud de medios, escenarios colosales, dignos del que vive y actúa en ellos.
Ha habido directores capaces de moverse con soltura en un género tan difícil como el épico que, al carecer de signos distintivos propios, se puede calificar a una biografía, una historia de aventuras o un wéstern. Entre ellos destacan D. W. Griffith (El nacimiento de una nación, 1915; Intolerancia, 1916); King Vidor (Guerra y paz, 1956; Salomón y la reina de Saba, 1959), Anthony Mann (El Cid, 1961; La caída del Imperio romano, 1964), Richard Fleischer (Los vikingos, 1958), David Lean (Lawrence de Arabia, 1962; Doctor Zhivago, 1965), y, sobre todo, Cecil B. DeMille (Piratas del mar Caribe, 1942; Los inconquistables, 1947; Sansón y Dalila, 1949), que contienen y definen a la perfección lo que es y representa la poesía épica.
Es muy difícil para un actor representar una figura épica, tal vez porque se precisa de casi una auténtica «encarnación», mucho más allá de aplicar métodos académicos más o menos estudiados o ensayados. El héroe épico ha de ser creíble, veraz, diríase que ha de «ser» y no «representar».
Gary Cooper y John Wayne son dos héroes gigantescos del cine universal, a quienes tuve el honor de biografiar en sendos libros publicados en 1994 y 1995, respectivamente, por Royal Books. El Álamo (1960), de John Wayne, es, seguramente, la mayor obra de la épica en el cine, junto a Los diez mandamientos, Ben-Hur y El Cid. También han destacado figuras impresionantes como Yul Brynner (faraón Ramsés II, Salomón, el rey del Reino Unido de Israel, o el viejo cosaco zaporogo Taras Bulba), Kirk Douglas (Espartaco, el esclavo de origen tracio) y Victor Mature (Sansón, uno de los últimos jueces israelitas antiguos); mitos del cine de aventuras: Tyrone Power (El Zorro, uno de los primeros héroes de ficción de la cultura moderna), Errol Flynn (Robin Hood, el arquero, defensor de los pobres y oprimidos), Robert Taylor (el valeroso caballero Ivanhoe), Stewart Granger (Allan Quatermain, el rey Rudolf V, André Moreau), Douglas Fairbanks (El Zorro, D’Artagnan, Robin Hood), el mismo Laurence Olivier (Craso, El Mahdi)… y no faltan estrellas contemporáneas del calibre de Arnold Schwarzenegger (Conan, Terminator), Sylvester Stallone (Rocky, Rambo), Harrison Ford (Indiana Jones), Mel Gibson (Braveheart) o Chuck Norris (Braddock, Walker). Sin embargo, nadie duda de que el héroe épico por excelencia es Charlton Heston, capaz de interpretar a cualquier personaje (héroe, mártir, santo, profeta o soldado), especialmente las figuras históricas que han tenido una existencia real. Aunque la larga carrera de Heston abarcó mucho más que las epopeyas bíblicas que protagonizó, los personajes de Judá Ben-Hur y Moisés definieron e influyeron en gran parte de la esencia de la personalidad pública del actor durante el resto de su vida. Heston tuvo la suerte de estar entre los pocos actores que encarnaron al menos cuatro o cinco películas distintivas y memorables.
Mientras otros grandes actores del cine clásico de Hollywood han compuesto personajes que, de alguna manera, han llegado a convertirse en iconos personales (John Wayne, Gary Cooper, James Stewart), Charlton Heston ha realizado el milagro de encarnar y recibir la herencia de unos iconos de épocas pasadas. Por eso, cuando un grupo de turistas admiraba el Moisés de Miguel Angel, uno de ellos exclamó con toda naturalidad: «Se parece a Charlton Heston».
¿Cómo definir la galería impresionante de personajes históricos que los espectadores del siglo XX han conocido a través de la expresión de Heston?: Moisés, El Cid, Miguel Ángel, san Juan Bautista, Enrique VIII, el cardenal Richelieu, Andrew Jackson, Charles George Gordon, Marco Antonio, santo Tomás Moro…
Junto a su trabajo artístico excepcional, Charlton Heston ha demostrado ser un hombre íntegro, preocupado por los problemas de su tiempo, comprometido con las causas nobles —a veces políticamente incorrectas—, a las que se ha entregado con valor y rigor porque él lo ha considerado oportuno, amante de su privacidad, familia y profesión, dando una imagen muy distinta a la que algunos otros «actores» se empeñan en proporcionar en revistas del corazón, prensa rosa o programas de cotilleo cutres y penosos. En Heston, su imagen artística se corresponde con su forma de ser y personalidad: de ahí nace la autenticidad impresionante que le imprime a todas sus interpretaciones.
Charlton Heston falleció el 5 de abril de 2008 a los 84 años. Para conmemorar el centenario de su nacimiento (4 de octubre de 2023) la editorial Amarcord Ediciones nos ha proporcionado a Juanma de la Poza y a mí la oportunidad de presentar CHARLTON HESTON, UN HEROE PARA LA ETERNIDAD,
Desde que tenemos memoria las películas han sido parte importante de nuestras vidas. Representaron tanto el tiempo especial pasado con familiares y amigos los fines de semana como los puntos de encuentro social durante nuestros años de niñez y adolescencia. La mayoría de las veces (exceptuando los wésterns, sobre todo los protagonizados por John Wayne y dirigidos por John Ford y Howard Hawks) preferíamos los dramas históricos, o al menos aquellos con contexto del pasado, y pocos actores encarnaron esa conexión tan claramente como Charlton Heston.
De principio a fin, Heston fue un actor grandioso, el símbolo vigoroso de una época en la que Hollywood se tomaba a sí mismo en serio, cuando los héroes provenían de libros de historia, no de cómics. Películas épicas como Ben-Hur o El Cid no se podrían hacer hoy, en parte porque la cultura popular ha cambiado tanto como la moda política. Pero, principalmente, porque no hay nadie como él que llene la pantalla con su presencia.
Las páginas de este libro pretenden acercar al público actual la vida y la obra de un artista excepcional. El objetivo es doble: no se trata solo de conocer al actor para aprender unos datos o anécdotas sobre él, sino de animar a los lectores a profundizar en lo ha querido dejar para la posteridad, que no es otra cosa que su obra. Por fortuna, la amplia filmografía de Heston se encuentra accesible en pases televisivos, reestrenos cinematográficos, filmotecas y, sobre todo, en formato físico (DVD, Blu-ray).
Con ese ánimo y esperanza se abren ahora ante los lectores estas páginas fascinantes. ¿No es acaso el cine una fascinación maravillosa, un escorzo de vida humana, como escribiera Julián Marías, que nos dibujará un protagonista y unas obras de arte que, sin duda, permanecerán siempre en nuestros corazones y en el mejor de nuestros recuerdos?
2 comentarios. Dejar nuevo
Es un privilegio leer sus libros
Maestro de maestros
El gran Genio de los tiempos.
Hoy un libro más que llega a la cima con el gran CHARLTON HESTON.
FELICITACIONES 🌹🌹🌹🌹👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
muchas gracias ¡¡¡