CUENTOS DE UN LOCO. EL TERRITORIO SECRETO DE JOSE ZORRILLA

 CUENTOS DE UN LOCO. EL TERRITORIO SECRETO DE JOSE ZORRILLA

 

 CUENTOS DE UN LOCO. EL TERRITORIO SECRETO DE JOSE ZORRILLA

Fernando Alonso Barahona

 

Ese vago clamor que rasga el viento

es la voz funeral de una campana;

vano remedo del postrer lamento

de un cadáver sombrío y macilento

que en sucio polvo dormirá mañana.

JOSE ZORRILLA ( 1817-1893 )

 

En el año 1853  D. José Zorrilla se inventó un doble, un  loco, un personaje  con el que podía dialogar o crear mundos diferentes.  Cuentos de un loco, es el libro que me había impresionado.

Yo quise adentrarme en esta fantasía y cual no fue mi sorpresa cuando en una de mis salidas de Madrid para pasar el fin de semana en Valladolid descubrí un lugar que no se encontraba en el mapa de la provincia .

Tiempo atrás había leído el nombre de Zenete en uno de los poemas orientales de  Zorrilla. Sabía que alude a un marquesado en Granada y que es una comarca pequeña con  ocho pueblos : Jérez del Marquesado, Lanteira, Alquife, Aldeire, La Calahorra, Ferreira, Dólar y Huéneja. Pero no me esperaba encontrar en Valladolid , al lado justo de Tiedra, un lugar enigmático llamado Nuevo Zenete. Enseguida adiviné que allí descubriría el misterio del loco.

La noche de aquel viernes la pasé en una posada de Tiedra, tierra de inmensos cultivos de cereales, de campos de lavanda, de cielos estrellados, castillos medievales y recuerdos celtas. Tiedra se encuentra en  el oeste de la provincia de Valladolid, muy cerca de Zamora, a los pies de los Montes Torozos y a sólo 60 kilómetros de distancia de la propia Valladolid.

Yo llevaba en mi equipaje el texto integro del  Real Decreto de 4 de octubre de 1853 convocando las Cortes del Reino para el día 19 de noviembre del presente año

Aunque por el Real Decreto de 9 de abril último se declaró terminada la legislatura del 1853, tienen vuestros ministros razones poderosas para aconsejar a Vuestra Majestad que, usando de su real prerrogativa, anticipe cuanto sea posible la convocación de la legislatura correspondiente al año 1854. Es de alta conveniencia política que reunidas las Cortes al verificarse, con el auxilio de la divina providencia, el feliz acontecimiento que la Nación aguarda con viva solicitud, puedan recibir el trono y la augusta persona de Vuestra Majestad fiel testimonio de los sentimientos de lealtad, de adhesión y de patriotismo que animan a los Cuerpos Colegisladores. Asociándose la representación nacional a un suceso tan venturoso para la Monarquía

La mayoría de edad de Isabel II era el acontecimiento. Qué pensaría Zorrilla de aquel acontecimiento. Tengo casi segura la idea de que no lo apreciaba dada la deriva liberal que podría caracterizar al nuevo Gobierno.

Pero me interesaba mucho más el otro libro que llevaba conmigo : Cuentos de un loco, recién publicado por Zorrilla y que me había fascinado.  Ustedes se preguntará de qué conozco  a este poeta aún joven . Y yo les puedo responder que he nacido en Tordesillas, que estudié leyes en Madrid . que he publicado algunos poemillas –este mismo año de gracia de 1853 en El Norte, de Madrid  y que estuve en  el entierro de Mariano José de Larra el 15 de febrero de 1837.

Aquella noche, su amante, una mujer casada llamada Dolores Armijo, le había dicho que la relación se había acabado y que volvía con su marido. Tan pronto como la mujer salió de la casa de Larra, el escritor se disparó en la sien derecha

El día 14 Zorrilla y su amigo Miguel de los Santos Álvarez se encontraron allí con Joaquin Massard, quien les dio la noticia del suicidio de Larra la noche anterior; juntos acudieron a la iglesia donde se velaba el cadáver.  Y luego  su poesía. Qué voz la de Zorrilla cuando recito su poema , una voz juvenil y fresca con un timbre que acariciaba el alma.

Sí, yo conocí ese día a Zorrilla, de hecho me marché con él  al término de la jornada y estuvimos pasando frio , bebiendo vino y hablando de poesía en una tasca de la Plaza Mayor de la capital.

Y en 1844 asistí al estreno de Don Juan Tenorio. Teatro de la Cruz, Madrid disfrutando de Carlos Latorre, La Bárbara,  Lumbreras y  Pedro López.

La posada de Tiedra era sobria, pero con gente muy amable, yo sabía que Zorrilla estaba en Londres tratando de solventar sus problemas económicos. Creo que fue a visitar a un famoso relojero llamado Losada. Y me dijo algo de una   Serenata morisca en honor de Eugenia de Montijo.

La noche en la posada transcurrió tranquila, me desperté de madrugada y salí un instante para sentir respirar el amanecer. Después del desayuno me encamine a Zenete , la aldea celta que no estaba en los mapas.

Apenas dos manzana, tres o cuatro calles que confluían en una plaza mayor silueteada por una iglesia y una taberna. Se veían algunos carros, y varios caballos, la luz tenue de las farolas proporcionaba al lugar un aspecto espectral.

Me encamine a la taberna tras comprobar que la iglesia estaba cerrada. Lo sentí porque en su exterior parecía asemejarse a la iglesia de Wamba no muy lejos de allí. Pensé que tal vez guardara otro osario con esa inscripción que reza «como te ves, yo me vi, como me ves, te verás, todo acaba en esto aquí, piénsalo y no pecarás». Siempre pensé que esa inscripción era de Zorrilla aunque se conservase desde siglos atrás. La iglesia de aquel pueblo sin mapa estaba al lado de un minúsculo cementerio en cuya entrada podía leerse: Templo de la verdad es el que miras, no desoigas la voz del que te advierte que todo es ilusión menos la muerte”.

 

La taberna estaba semivacía, me sirvieron un brandy muy fuerte pero que me sentó de maravilla.  Pregunte al tabernero, un hombre enjuto y de voz muy grave.

 

  • Viene usted por lo del loco¿ – me preguntó-
  • Busco al amigo del escritor.
  • El del Tenorio,he visto la obra, sabe? Muy bonita.
  • Conoce su paradero.?
  • Nadie lo sabe,aunque todos dicen que anda por aquí, pero este pueblo no lo conoce nadie y cada vez vivimos menos. La gente se va a Valladolid
  • Comprendo
  • Además no es usted el primero que hace esas preguntas.

Una mujer que estaba sirviendo las bebidas en las mesas nos escuchó y se me acercó.

  • Creo que yo puedo ayudarle.

Me hizo un gesto y salimos fuera de la taberna. La ventisca nos azotó la cara con un dedo helado, pero solo fue un segundo.

  • Qué hace usted en este pueblo perdido.

La mujer tendría poco más de treinta años, morena de mirada penetrante y una curva silueteada en una especie de voluptuosidad vagamente celtica.

  • Vengo buscando a un loco.

La mujer sonrió, la respiración hacía marcar unos pechos grandes que por segundos pareciera que querían saltar y mostrar su indómita desnudez.

  • Entonces es el lugar adecuado, en este pueblo fantasma todos estamos locos.

Las palabras se desvanecían entre el bullicio.  Zenete resplandecía en el interior de la noche, como la luz fugaz pero brillante de una estrella misteriosa. Como las letras del Tenorio engarzadas en cada casa, en cada persona.  La mujer seguía mirándome con descaro.

  • Aquí hay fugitivos de la justicia, contendientes de duelos por razones de mujer, políticos que diseñan golpes de Estado, adúlteros en espera de una noche de amor. Habitantes fijos no habrá más de veinte. El resto son pasajeros. Y hay amigos de escritores. Y escritores fracasados.
  • Las autoridades lo saben ¿
  • Aquí hay autoridades también, somos pocos y no hacemos daño a nadie. El silencio es nuestra autoridad.
  • Y tú vives aquí ¿
  • Yo enseño mi cuerpo a todos los que me lo piden y lo pueden pagar. He conocido escritores famosos y ha hablado mucho con uno que me contaba sus fantasías, sus genialidades
  • Zorrilla ¿
  • No lo sé. Aquí no se pregunta el nombre a nadie. Pudiera ser, pero también puede ser otro, A mí no me importa y además no ha sido solo uno.

 

Debí esbozar un gesto extraño porque ella ensombreció el timbre de su voz

 

  • Te escandaliza ¿, acaso no eres escritor como la persona de la que me hablas ¿. Qué has venido a buscar entonces ¿

No supe qué decir.  Pensaba que el loco de los cuentos de Zorrilla era una invención literaria hasta que me pusieron en la pista de esta aldea perdida de Valladolid. Pensaba encontrar a otro poeta, tal vez enfermo al que el autor del Tenorio ayudaba y hacía compañía. O tal vez un familiar lejano y un admirador Ahora veo que podría ser esta mujer. O tal vez otra, o ninguna y yo me estaba volviendo loco.

Debió pasar la noche porque no puedo recordar nada. Solo la visión de su espalda desnuda, de sus labios rojos, de unas palabras en un idioma extraño. Céltico tal vez.

He debido pasar varias horas en una posada, la única de Zenete, no sé cómo habré llegado, esa misteriosa mujer debió echarme algo en la bebida, aunque he comprobado mi equipaje y no falta nada.

Me duele la cabeza. Me he asomado al balcón y los rayos del sol ya calientan aunque sea tímidamente la pequeña aldea fantasma helada tras la noche.

Y si todo ha sido una pesadilla ¿

Cuando me he dispuesto a pagar la noche la dueña de la posada me ha entregado un papel mirándome a los ojos como si ya me conociera de antes.

Zenete sigue dormida, o tal vez no exista más que en la imaginación de algunos poetas y escritores.

La cara que me ha entregado contiene solo unos versos manuscritos.

¡Aparta, piedra fingida!

Suelta, suéltame esa mano,

que aún queda el último grano

en el reloj de mi vida.

Suéltala, que si es verdad  

que un punto de contrición

da a un alma la salvación

de toda una eternidad,

yo, Santo Dios, creo en Ti:

En la firma se lee el nombre de José Zorrilla.

De repente comprendí que los cuentos del loco tal vez solo sean las fantasías de nuestra propia pasión. O de nuestra incipiente locura.

 

Tu Piel desnuda. Fernando Alonso Barahona – YouTube

 

 

CUENTOS DE UN LOCO , forma parte del libro

CASTILLA – LEON , TERRITORIOS MITICOS

MAR Editor. 2023 

 

La librería de Vera – La mejor selección: literatura española, hispanoamericana y europea. Publicado por Ediciones Irreverentes y M.A.R. Editor. (edicionesirreverenteslibreria.com)

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