EL CIUDADANO SIN MIEDO A SABER

EL CIUDADANO SIN MIEDO A SABER

 

Todo pasa. Pasan pompas y vanidades. Pasa la nombradía como la oscuridad. Nada quedará en fin de cuentas, de lo que hoy es la dulzura o el dolor de tus horas, su fatiga o su satisfacción. Una sola cosa, Aprendiz, Estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada y es tu Obra Bien Hecha

EUGENIO D, ORS

 

Con uno de los títulos más afortunados de los últimos tiempos, (Diccionario del ciudadano sin miedo a saber) el filósofo Fernando Savater reunió en 2007   un grupo de conceptos de presencia común en la vida pública y aún en la privada: derecha / izquierda, laicismo, Estado, nacionalismo.

Cada concepto es muy breve, cada concepto es descrito con ligeras pinceladas que sin embargo tienen una doble virtud, la primera es que definen a la perfección el tema y trazan su escenario básico, la segunda es que provocan, con inteligencia, el pensamiento .
Por supuesto, cabe la reflexión, el debate y la discrepancia sobre alguno de los trazos, pero ese es primordialmente el objeto del libro. No se trata de afirmar un discurso sino de conseguir que los ciudadanos se comporten como tales, es decir, que piensen por sí mismos, se esfuercen para obtener un conocimiento, opinen con libertad teniendo en cuenta, pero sin aceptar ciegamente, la dirección de la llamada con falacia “opinión pública“.

El imperio de la corrección política, la banalidad del pensamiento débil y el empeño de algunos políticos en procurar que este estado de cosas persista, seguramente para no tener que rendir excesivas cuentas de su gestión, ha degenerado en un problema considerable que tiene una doble vertiente, el divorcio cada vez mayor entre la clase política y el ciudadano consciente y responsable, y la notoria superficialidad y falta de rigor en los debates sobre la cosa pública. Es como si fuera del Gran Hermano ,  revueltas a medio gas  o cualquier Gran Corazón no hubiera vida inteligente.

El empeño de Fernando Savater – el gran autor de numerosos libros extraordinarios, entre ellos la famosa Etica para Amador –  nos pone en la pista de la necesidad de que cada uno de nosotros reflexione sobre los asuntos realmente importantes en la vida, en el pensamiento, el arte, la cultura y la política. Y si algunos se atreven a dar el paso, que no se conformen sólo con la reflexión en soledad, sino que lancen sus palabras y propuestas al conjunto de la sociedad.
¿Y si cada uno de nosotros construyera una especie de diccionario personal para la vida ciudadana? Sólo dos condiciones: todos los temas son posibles, sin censura, y todos los temas exigen un estudio previo que permita un mínimo rigor, el buen ciudadano es todo lo contrario a un demagogo o un agitador que desde una esquina o desde el cóctel elegante de un salón, se dedique a expandir sus soflamas.

A modo de ejemplo:
1. La idea de España (o de Francia, o de Europa, o de América). La lectura de España inteligible , de Julian Marías debiera de ser de obligada lectura para cualquier universitario . Por qué surge la idea frívola de las nacionalidades que nos pueden conducir al absurdo.

2. La política  de seguridad, la defensa , la política migratoria antiterrorista. En España y en el mundo: ¿debemos pensar que es algo que atañe a otros – a Estados Unidos por ejemplo, aunque luego se le critique con alucinada frivolidad – o es deber de todos, personas y naciones, el compromiso?. Debemos renunciar a la idea propia de identidad ( empezando por la ideología «woke » que contamina a Estados Unidos y a la Europa Occidental ) ? o merece la pena defender nuestros valores, nuestra identidad ,nuestras fronteras, nuestro futuro ?.

3. La ley electoral. ¿Y si examinamos el sistema mayoritario a doble vuelta comenzando por las elecciones municipales, las que eligen a los representantes más cercanos al ciudadano?. O más aún, ¿ hay alternativa a la partitocracia ? ( magnífico el ensayo de Gonzalo Fernández de la Mora sobre esta figura ).

4. Las bases de la cultura. Es decir la negación del pensamiento » woke», de la censura encubierta, de la mediocridad subvencionada .  Descubrir los conceptos culturales de – por ejemplo – Eliot, Heidegger, Husserl o Unamuno despertaría muchas conciencias – Y por supuesto Ramiro de Maeztu y su defensa de la Hispanidad , o Gregorio Marañón  , el genio inconmensurable de Unamuno y al fondo siempre Ortega y Gasset,

5. La misión del Estado. ¿O acaso no es su progresiva limitación sobre todo en los ámbitos donde debe actuar la iniciativa privada?. Sin por ello abandonar su historia ( nada que ver con memorias históricas sesgadas sino con la búsqueda de la verdad ), ni con indigenismos ahistóricos. Eugenio DOrs escribió páginas luminosas sobre la misión del Estado . La patria como sugestivo proyecto de vida en común o como unidad de destino .

6. La política internacional en el siglo XXI. ¿Se puede comentar en un programa de TV sin la menor reflexión, casi como “boutade“, pero al parecer en serio, que Estados Unidos es un “imperio en decadencia”   – aunque las politicas » woke » de las que debe salir y abandonar en las elecciones de noviembre de 2024 le hayan conducido a la misma – y que el futuro es “China“. ¿Deben los titulares eliminar la obligación de estudiar los asuntos? . La paz como horizonte evitando carreras armamentísticas sin sentido. Y la libertad sin duda.

7. La reforma educativa. ¿Quién decide el modelo de ciudadano hacia el que se supone se debe dirigir la educación? ¿Hay uno o varios modelos? ¿Se puede imponer desde el Estado? . Educación en valores, en responsabilidad rescatando la autoridad del profesorado y evitando el adoctrinamiento.

8. Civilización. Se habla de “Alianza de civilizaciones“, pero ¿todo es civilización o el término exigiría unas condiciones previas?. Acaso no debiéramos atrevernos a definir la civilización y distinguirla de lo incivilizado, aunque sea políticamente incorrecto. Julián Marías lo resumió de forma admirable :Occidente es la  síntesis del pensamiento griego, del derecho romano todo ello fecundado por el cristianismo ( la gran tradición judeocristiana ).

9. ¿Qué significa la política de género? ¿Acaso el género ha sustituido a la persona? Para ello, naturalmente, habría que estudiar la concepción de persona y de vida humana.  El respeto a la vida desde el momento de la concepción, la liberación de los «lobbies» , la igualdad ante la ley

10. Religión. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Pero ¿quien es Dios y quién es el César? ¿Podemos fundamentar una ética exclusivamente en el ser humano y extraer de allí sus principios generales? ¿Acaso la ética no exige un criterio de permanencia? Y la permanencia ¿no conduce a lo trascendente?

El pensamiento conservador es analizado agudamente por Fernando Savater, aunque es necesario un matiz, la diferencia nuclear entre la derecha y la izquierda (si es que ambos vocablos conservan algún sentido en una ciudad donde los ciudadanos tienen problemas para saber, algunos incluso sufren amenazas) no estriba tanto en la solución económica pública o privada, sino en una idea filosófica. El conservador cree que dentro del movimiento  hay un ente que permanece, es el “ser” de Parménides. Su antagonista, como Heráclito, renuncia al ser y lo cifra todo en la continua revolución, en el cambio permanente.

Europa, América , la gente ( el pueblo sin caer en el populismo ) necesita alternativas ( y no alternancia de lo mismo ), necesita esperanza. Fe , creencia, ilusión y perspectiva.

En definitiva, el ciudadano que ha de saber es el que necesita aprender, y en ese eterno proceso de aprendizaje uno puede aspirar a encontrar respuestas, o por lo menos a hacerse las preguntas, las eternas cuestiones de la metafísica que expresara Julián Marias (Antropologia metafísica ) : quien soy yo, qué va a ser de mí.

 

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