RAFAEL GIL. DIRECTOR DE CINE
Nadie duda de la importancia de Rafael Gil en el panorama del cine español, aún más, de la cinematografía europea, por más que una crítica cicatera haya intentado regateárselo, casi siempre por razones ideológicas . ¿Alguien puede negar en serio que la obra de Gil es superior en calidad y cantidad a la de Marco Bellochio , Jacques Rivette , Alain Tanner o el mismo Theo Angelopoulos ¿.
Rafael Gil amaba el cine puro y poético de Borzage , Capra y Vidor . También por supuesto el cine de John Ford . Y lo cultivó en sus primeras películas, “Huella de luz “, “El hombre que se quiso matar “, “El fantasma y Doña Juanita “. Fue chaplinesco en “Camarote de lujo “ y trató de elevar el género del cine de toreros a la categoría de “western “ español . Fue uno de sus grandes proyectos aunque no llegó a cuajar ya que el cine de toreros fue limitándose a la presentación de nuevas figuras a las que se arropaba con historias convencionales y un buen grupo de grandes actores de reparto .
Como escritor amaba la literatura, y en su cine adaptó a la flor y nata de la literatura española , siempre con un sentido reverencial de la obra, es decir con la humildad de quien sabe que está trabajando con un material ajeno, sea de Cervantes, Blasco Ibáñez o Unamuno . Algunos expertos de la relación cine y literatura suelen olvidar estas adaptaciones ( resulta triste que Pere Gimferrer en su interesante “Cine y literatura “ soslaye estas películas, como también lo hace Jose María Latorre en “Los sueños de la palabra “ ) , pero están ahí para quien hoy las quiera descubrir olvidando prejuicios y enfrentándose a ellas con la misma mirada ilusionada con que su director las filmó . Cine literario hizo el gran Visconti en “Muerte en Venecia “ y “El inocente “, John Huston en “Moby Dick “ y John Ford en “Las uvas de la ira “. Magníficas adaptaciones nos ofrece Carol Reed en “Oliver “, David Lean en “Cadenas rotas “, Orson Welles en “El proceso “ y “Otelo”, Lawrence Olivier (Hamlet, Franco Zeffirelli (Romeo y Julieta ), King Vidor (Guerra y paz ), Mario Camus (La colmena , Los santos inocentes ), José Luis Garci (Ninette , Canción de cuna ), Juan Pinzas (El juego de los mensajes invisibles ), William Wyler (Cumbres borrascosas )… pero también y sin duda Rafael Gil a lo largo de su amplia y rica obra .
El optimismo y la creencia en los valores positivos la mantuvo siempre , en su vida y en su obra . Ello le perjudicó – como su rechazo y denuncia de la “ inteligencia “ de izquierdas tan ávida por controlar la cultura e imponer sus a menudo inanes criterios – de cara a la crítica joven que además empezó a conocerle a partir de los años sesenta, y con películas que salvo alguna excepción (Verde doncella , Nada menos que todo un hombre o la magnífica La duda ) estaban lejos de ser lo mejor de su obra .
Nuestro monumental catálogo a la Exposicion Rafael Gil, director de cine ( 1997 ) fue el inicio de la reivindicación del cineasta a la que pronto siguieron análisis como los realizados por el gran escritor Juan Manuel de Prada .
Claro que en la tesis doctoral – interesante por otra parte pese a su cierta pedantería – TITULO: REVISIÓN DE LA OBRA DE UN CINEASTA OLVIDADO: RAFAEL GIL (1913-1986 ) de Juan Ignacio Valenzuela Moreno , se puede leer acerca de mi estudio :
En lo que concierne al objeto de nuestra tesis doctoral, la obra del director
madrileño Rafael Gil (1913-1986), la bibliografía en torno a su figura es muy escasa, la
mayor parte de ella intencionadamente parcial: solo la laudatoria monografía pergeñada
por Fernando Alonso Barahona, Rafael Gil: director de cine –realizada con motivo de
la exposición que sobre su vida y obra tuvo lugar en 1997 en el Centro Cultural Conde
Duque de Madrid– tiene pretensión de globalidad, si bien adolece de un inexistente
sentido crítico, rigurosidad y análisis formal, aunque pueda resultar entendible por
hallarse en el marco de una muestra recordatoria y reivindicativa de la importancia del
cineasta. En cierta forma, esta publicación ha seguido en el tiempo la estela de la crítica
oficialista que el régimen franquista potenciaba .
Sin comentarios .
Rafael Gil debutó como director en 1941 con la comedia dramática El hombre que se quiso matar , de la que haría un “remake “ treinta años después .
Su obra , abarca varias décadas del cine español y se podría dividir en las siguientes etapas :
- Comedias dramáticas y grandes adaptaciones literarias : Producciones Cifesa y Suevia Films .
Obras sentimentales como Huella de luz 1943 y El fantasma y Doña Juanita 1944 – ambas protagonizadas por Antonio Casal , sirven de contrapunto a películas ambiciosas como Eloísa está debajo de un almendro (1943) adaptación de Jardiel Poncela , la popular El Clavo 1944 , robusto melodrama con Amparo Rivelles y Rafael Durán o la espléndorosa Don Quijote de la Mancha 1947 , auténtica superproducción en el que todos los dialogos pertenecen a Cervantes y que gozó de amplia repercusión internacional ( entre otros el premio de la Critica de Nueva York ). Rafael Rivelles y Juan Calvo fueron Don Quijote y Sancho Panza .
El ciclo de historias policíacas con influencias del realismo poético francés dio como resultado dos obras maestras : La calle sin sol, 1948 y Una mujer cualquiera , 1949. Ambas con Antonio Vilar , acompañado por Amparo Rivelles y Manolo Morán en la primera y por la gran María Felix en la segunda . Esta ultima ofrecía además una curiosa ruptura argumental : Vilar era el malvado manipulador y la bella María Felix la víctima .
- Cine religioso Aspa Films . Asociado con Vicente Escrivá y en plena posesión de sus recursos creativos, Rafael Gil rueda dos de sus mejores películas : La señora de Fátima 1951 – emotiva y religiosa con un desenlace que no puede contemplarse sin lágrimas – y La guerra de Dios , 1953 , premio en San Sebastián y cuyo protagonista, Claude Laydu había trabajado con Robert Bresson en Diario de un cura rural .
- Producciones Coral . Rafael Gil ha fundado su propia productora , Coral Films, y ha llegado a un ventajoso acuerdo con Paramount para la distribución . Su obra en los ultimos años cincuenta y la década posterior es abundante y alterna títulos comerciales (El relicario, Chantaje a un torero, LA reina de Chantecler- producción Suevia con Sara Montiel ) con obras originales y arriesgadas como la magnífica Camarote de lujo 1957 – con Antonio Casal – de fina poesía y honda descripción de la realidad social de la inmigración de la época , Siega verde 1961 – filmada en catalan en los bellos parajes del Valle de Arán , Verde doncella . 1967 , sátira mordaz en la que un millonario –Antonio Garisa – ofrece un millón a una novia – Sonia Bruno – para pasar la noche con ella antes que el novio . Y en el mundo taurino la notable El Litri y su sombra , 1959 según una idea de Agustín de Foxá .
Una rareza considerable es LA vida nueva de Pedrito Andía 1964 , producción Suevia con Joselito – ya con más de veinte años – basada en la novela de Rafael Sanchez Mazas . Una película desconocida, olvidada y de gran belleza formal .
En los años setenta Gil acomete de nuevo ambiciosas adaptaciones literarias como La duda 1972- según Galdós con Fernando Rey y Analía Gadé – Nada menos que todo un hombre 1971- según Unamuno con Francisco Rabal y de nuevo Analía Gadé – y La guerrilla 1973- según Azorín, con Rabal, Julia Saly y José Nieto .
Hay tiempo tambien para un éxito comercial sobresaliente : Novios de la muerte , 1973 , con Juan Luis Galiardo, Helga Line, Ramiro Oliveros y Fernando Sancho en el mejor papel de su carrera interpretando a un comandante de la Legión .
- Adaptaciones de Fernando Vizcaíno Casas : El éxito de La boda del señor cura 1977 , ácida crítica de la secularización y la decadencia de la Compañía de Jesús – con un magistral Pepe Sancho – y sobre todo Y al tercer año resucitó 1978 , propician un ciclo de comedias críticas entre la nostalgia y el sainete : Hijos de papa , Las autonosuyas ( profética en su retrato de los excesos del estado de las autonomías ) ..hasta llegar a la ultima de todas : la curiosa y poco conocida Las alegres chicas de Colsada ( 1983 ) con Tania Doris sobre el mundo de la revista .
No todas las películas de Rafael Gil mantuvieron su alto ideal del cine ni alcanzaron la excelencia , pero siempre fueron dignas, y las mejores supieron expresar en imágenes los sueños de aquel joven escritor ,casi adolescente, que se acercaba al séptimo arte con amor y admiración. El joven escritor Gil seguramente hubiera criticado algunas películas del maduro director) pero se habría emocionado ante numerosas secuencias de muchas películas como “Huella de luz “, “El fantasma y doña Juanita “, “LA calle sin sol “, “La señora de Fátima “, “Verde doncella “ , “Camarote de lujo “, “Siega verde “ , “Nada menos que todo un hombre “ o “La duda “.
Por otra parte , no solo el público apoyó constantemente su obra, también sus compañeros de profesión como atestiguan los numerosos premios obtenidos a lo largo de su carrera . Hasta llegar a los Oscars españoles a partir de los años ochenta , Rafael Gil fue el director más premiado del cine español, lo que desde luego no era una frase hecha sino una profunda realidad . Algunos han tachado de “ oficialismo “ esa relación de premios, pero lo cierto es que nadie en la época, ni público, ni industria, ni compañeros, dudaron nunca del puesto preeminente de Gil . Y las escasas envidias que despertó prueban su bonhomía, buen carácter y generosidad del cineasta .
En una larga entrevista concedida con ocasión del programa “ La noche del cine español “ de Fernando Mendez Leite , Rafael Gil se mostró básicamente satisfecho de su amplia carrera cinematográfica y orgulloso de muchas de sus películas y de su contribución al cine español . Algunos libros de cine aún deben ejercer la labor de recuperación y revisión de la obra de este hombre de cine que dejó una huella indeleble y un legado de 67 películas a lo largo de cuarenta y dos años en lo que constituye una carrera cinematográfica envidiable, sólida y casi sin parangón .
Los libros “Rafael Gil. Director de cine “ y “Rafael Gil. Escritor de cine “, las abundantes colaboraciones de personas que le conocieron, trataron y admiraron, la Exposición preparada por Rafael Gil hijo y Luis Rubio Gil que ha recorrido numerosos lugares de España han servido para el mejor conocimiento de la personalidad de un auténtico hombre de cine, un pionero que aprendió primero a ser cinéfilo ( en los albores del séptimo arte ) y que luego fue director sin perder nunca la ilusión y la bondad .
La tarea de reivindicación de lo mejor del cine español de todas las épocas – sobre todo aquellas que están siendo víctimas del olvido – es urgente y pasa más que por lo estudios sesudos por la revisión de las propias películas . Es el mejor método para que el público contemporáneo, sin anteojeras ideológicas se enfrente al cine clásico español y descubra joyas como “Historias de la radio “, “El crimen de la calle Bordadores”, “Los ojos perdidos “, “La herida luminosa “, “Los peces rojos “ , “Mi tío Jacinto “ , «Nada » , Los ojos perdidos, El lazarillo de Tormes. LA herida luminosa , El juego de la oca .o “La calle sin sol “.
Sin duda merecerá la pena el esfuerzo y creará no pocas sorpresas a los aficionados que se acerquen a ellas .
LA etapa de Rafael Gil en Cifesa constituye una oportunidad magnífica para acercarse a estas películas , muy famosas en su momento, tal vez conocidas de oídas por las nuevas generaciones de cinéfilos pero que ahora reviven gracias a las exposiciones o al DVD ( la estupenda edición de Don Quijote de la Mancha , Eloisa está debajo de un almendro , con interesantes extras y una gran calidad de imagen ) . Igualmente la etapa de ASPA con La señora de Fátima o La guerra de Dios, como títulos emblemáticos por fortuna disponibles . Sin embargo aún deben editarse muchas de sus grandes películas en DVD, es imprescindible para conocer y valorar su obra .
https://www.religionenlibertad.com/cultura/51175/pio-xii-rafael-gil-con-tus-peliculas-haces-mas-por.html
Y sus ultimas películas basadas en novelas de Fernando Vizcaíno Casas no solo triunfaron en taquilla (Y al tercer año resucitó o Hijos de papá ) sino que se adelantaron en su sarcasmo como las escenas desternillantes ( y hoy tristemente reales ) de españoles hablando en idiomas diferentes o inventándose literalmente lenguas . (Las autonosuyas ).
El lema de Rafael Gil podría resumirse en la frase que escribiera en 1969 y que ya hemos reproducido : “ creer en lo que aún no es resulta siempre una bella manera de vivir “ . Y además es una creencia mantenida a lo largo de los tiempos, desde el inicio como principiante a la madurez, cuando muchos llamaban a la puerta para ser contratados por su productora .
A eso se le llama, simplemente, esperanza .
2 comentarios. Dejar nuevo
Muy bueno. Gracias por compartir poeta Fernando Alonso Barahona
Todas las películas de Rafael Gil son MAGNÍFICAS. Ninguna de ellas es prescindible.